Noche de caza - Libre

La noche cayó pacifica aquel día, tal como cada noche poco alumbrada por estrellas y una luna llena, los pastos se miraban indescifrables para ojos humanos e incluso para muchos herbivoros jóvenes e inexpertos en la oscuridad. El revuelo de estos grupos es frecuente, muchos felinos han escogido estas horas siniestras para dar muerte a muchos animales, otros tantos no saben con certeza como es que se caza de noche. Mistaide ha aprendido desde joven, y tras el revuelo de un gran rebaño de ungulados, akhanimalus asustados y pequeños lagartos, un gran león oscuro surge de entre las sombras, jadeando, con el cuello de una gacela entre los colmillos. Sus ojos brillan de un intenso color ambar en la oscuridad, y su aliento llega al ambiente cargado del olor a sangre.

Suelta el cuello de su presa para recuperar el aliento y mirar a su alrededor. Siente como un par de hienas le asechan desde lejos, y él suelta un gran rugido que las ahuyenta de momento.

-Ésta no será su cena...-Declara con frialdad, el instinto cazador aun late por segundos en su interior. Poco despues respira hondo, tranquilizandose. Se lame los bigotes con desinteres, antes de volver a tomar del cuello a su presa para arrastrarla cerca de un pequeño arbol. El crujir de los colmillos contra las costillas hacen evidente que las tritura con maestría y comienza a devorarlo. Tan pronto esté lleno guardará lo que su hermano y otros cachorros necesitan, pero por ahora, descansa engullendo lo que es suyo y de nadie más.

Lita habia subido a un arbol cuando aun era de día y alli reposaba tranquilamente; no valia el esfuerzo estar despierta a las horas de mayor temperatura asique solo ahora, en la noche, volvia su energia lentamente. Abrio los ojos y con peresa se estiro clabando las garras en la rama cuando escucho algo, se encojio y miro hacia abajo intentando esconderse en el árbol, vio asi un leon que se alimentaba, no le paresio peligroso pues eran pocos los que se aventuraban a trepar, generalmente solo leonas desesperadas por conseguir alimento que arriesgaban su vida en la bajada de los arboles altos que podian trepar.
Se relamio los bigotes y penso atacarle desde arriba, pero se contubo... un leon macho joven y fuerte podia ser y posiblemente seria, un enemigo que no caeria ante ella y no pensaba poner en riesgo su vida solo por tener un poco de hambre asique solo se mantubo quieta observandole desde la rama iluminando la oscuridad del cielo con sus azulados ojos que bien pareserian un par de luceros si se le viese de lejos.
Para su desgracia el olor a la comida le atraia demaciado y sin darse cuenta un leve sonido se le escapo, una especie de ronroneo asechador.

Era consciente de pocas cosas cuando comía, y muchas veces el olor era su principal aliado al descubrir a otros tan cerca de él. Sin embargo, en esa ocasión le había fallado y su oido se había dirigido hacia la copa del arbol, donde una figura parecida a un felino, de ojos brillantes como cristales iluminados, le miraba. Instintivamente Mistaide comenzó a gruñir, aquel sonido no era sino aquel de sus felinos competidores, pero ¿Por que su olor era tan indescifrable? Le hacía pensar en carroñeros, y al mismo tiempo en algo parecido a un leopardo. Y aquel no era ninguno de los dos, las hienas no trepan y los leopardos no demuestran ningún color claro.

Un rugido se deja escuchar con intención de espantar a su invasor y marcar el limite de su tolerancia, justo antes de tomar a su presa despedazada y moverse cargandola por el campo. Estaba perdiendo tiempo, otras hienas y carroñeros no tardarían en llegar a molestarlo, y no terminaba de comer.

-Eso me gano por desear cazar solo.-Se dijo así mismo en voz baja, dejando a su presa un poco lejos del árbol. El león observa a lo lejos el árbol, confundido.- ¿Que era eso?...

El leon rujio, era natural a nadie le gustaba ser molestado cuando comia y bueno... debia protejer su presa.
Lita se encojio un poco y camino por la rama agachada, su camuflaje era minimo realmente casi inexistente gracias a su blanco color, lo sabia, pero no podia evitar intentar "desapareser" como los leopardos parecian hacer. Le asustaba la idea de que el leon le atacase si bajaba, pero habia algo mas poderoso que su temor: el hambre, su estomago paresia rujir con mas ferosidad que el mismo "rey de la selva (sabana más bien)" y por sobre su razonar e instinto de preservación paresia imponerse las ancias de comer. Cuando el leon se alejo ella bajo del árbol de un elegante salto; veia perfectamente en la oscuridad de la noche, de hecho era su hora preferida pues las temperaturas decendian y ella podia moverse con mayor tranquilidad. Camino tras el leon, manteniendo la debida distancia e intentando ocultarse a ras del suelo, esperando que en algun momento se cansase y dejase la presa... apenas lo hiciera ella podria comer, no le molestaba si tan solo dejaba los huesos y un minimo de carne, para ella no habia problema alguno en comer las sobras de otros.

El cuerpo inmovil de la gacela caer al suelo manchando la tierra con su sangre caliente, misma que gotea de la boca del león mientran jadea recuperando el aliento. Aun puede olerle, siente a ese ser tan cerca que le provoca gruñir por instinto, le ha venido siguiendo minutos antes. Mistaide lanza un rugido desganado, volviendo a marcar el limite que estaba dispuesto a tolerar, antes de volver sobre su presa para devorar cuanto le es posible.

-Como si no tuviera suficiente con las hienas....-Piensa para si mismo, mientras ingería parte de las viceras de aquel animal para luego dedicarse a la carne de sus patas.

Poco después de saciarse hasta cierto grado, el joven león cambia de forma. Un muchacho aparece en su lugar, vistiendo la caracteristica vestimenta de pieles y algodon de un león en cacería. Sus ojos, tal como los de su felina apariencia parecen brillar solo de noche, mientras el joven tomaba una pequeña hoja metalida y desgarraba pedazos del animal para guardarlos en una bolsa de viaje. Observa a su felino acosador de soslayo, no queriendo apartarle la vista cuando puede ser más vulnerable.

-No quedará mucho que puedas comer... No vale la pena...

Estaba algo aburrida de esperar mientras él comia, pero no se atrevia a avansar de mas, un leon adulto no debia tomarse a la ligera, su estomago seguia sonando por lo que empeso a mordisquear su larga cola la cual estando sentada se enroscaba un poco en su cuello.
AAaaah que hambre tengo. sera que se lo va a acabar todo el solo?, ya sabia yo que los machotes comian mucho, pero tanto?

El leon marcaba el limite de su paciencia, realmente tenia mucha, otro ya quisas la ubiese atacado o al menos correteado para que se alejase de su comida. En un momento el leon paresio saciarse por lo que Lita se levanto animada relamiendo sus vigotes, pensando que seria su turno de comer sin tener que ir a matar algo ella misma. Se acerco sigilosamente, rodeandolo sin quitarle los ojos de encima, hasta que algo la hiso detenerse: la sorpresa... frente a ella el leon se volvia humano, no habia notado que era como ella, si es que podia decirse algo asi; apenas sobreponiendose a la impreción, que en realidad no deberia tener lugar, mas nunca habia visto a un animal pasar a su forma humana frente a sus ojos, bueno aparte de si misma. levanto las orejas con curiosidad y se acerco un poco más a ver que hacia que tomaba tal forma... vulnerable, nuevamente se llevo una sorpresa, estaba guardando los restos de comida en una bolsa!, si bien ella y muchos otros escondian su comida para despues... llevarlo en una bolsa era algo que nunca imagino se hiciese.

-Hey! eso no es justo!- Se hecho hacia atras y penso... realmente no tenia por que ser justo, realmente la injusta seria ella por comer de la presa de otro. agacho la cabeza y dio media vuelta escuchandolo hablar.
-Si, ya lo note- Dijo en un suspiro de triste resignación mientras empesaba a caminar de regreso al árbol, no tenia ganas de cazar, quisas despues lo haria o bien esperaria a otro que capturase algo.

-Lo que no es justo es que mi cachorro no tenga que comer, siendo tan pequeño...-Responde Mistaide sorprendido por entender en parte la forma de hablar de aquel... o aquella... criatura. Aun no sabía que demonios era ni por que le seguía algo más grande que una hiena, cuyo olor era el de una.

Le miró alejarse al corroborar sus acciones, más poco le quedaba a él para seguir extrayendo de aquel cadaver. Despues de todo, algún otro debía terminar de despojar de su carne a ese cuerpo desangrado, que ya quedaba en pocos musculos, visceras y huesos. Pensó un momento en cuantos huesos debía llevarse, pero pesando la bolsa un poco, consideró que tal vez ya era suficiente alimento para su hermanito y los otros cachorros, las leonas eran las verdaderas encargadas de dicha tarea y él no necesitaba más allá de la piel de la gacela. Miró a lo lejos el árbol, volviendo a tranformarse en un león para tomar el cadaver, el cual aun conservaba una parte comestible. Lo deja a varios metros del árbol, y se retira a ocultar en la oscuridad gracias a su oscuro camuflaje.

-Tengo que descubrir que demonios es eso...-Se pensó, pues esa sería una buena historia que contar a los cachorros que cuidaba. ¿De que servía vivir y cazar si no se aprendía algo de su mundo? Esperó paciente con la vista en el cadaver, respirando de forma casi inapreciable, entrecerrando los ojos tratando de imitir su resplandor.

Escucho ya más alejada que era para su hermanito y otros cachorros, lo que le paresio un gesto muy bonito de su parte... aunque... no eran las leonas las que hacian eso de llevar comida a su familia?, bueno que lo hiciese un macho no estaba nada mal.

Lita se alejo y trepo al árbol con minima dificultad, no era la mejor trepadora en verdad, pero lo hacia bien, siempre y cuando no tubiese que hacerlo bajo preción, pues en esos casos sus patas solian ponerse torpes. Bosteso y en la oscuridad intento ubicar algo que comer cuando sintio ruido bajo el arbol, vio entonses el cadaver de lo que el leon habia cazado, levanto las orejas viendo el horisonte en busca de algun rastro de el, seria una trampa?, bueno realmente no creia que fuese asi, ya que de ser mal intencionado no le ubiese tolerado cerca cuando comia, ademas ya estaria lleno... seria acaso un regalo?; como fuese no iba a desaprobechar la oportunidad de comer algo sin tener que matar; bajo nuevamente de la rama de un salto callendo con delicadesa al suelo, miro al rededor para confirmar que no hubiesen otros carroñeros serca y se acomodo para comer cuando lo considero seguro. sus dientes se escucharon romper sin problema los huesos del animal, desgarrandolo junto con el silencio de la noche, sus orejas se mantenian alertas ante cualquier ruido para una rapida reacción

-Mhmm deberia agradecerle a ese leon por dejarme comida-

Mistaide le observó complacido cuando aquel ser bajó del árbol, mirando a su alrededor como su esperase un sataque sorpresa y volver sobre la presa, desgarrandola como ya era usual entre depredadores. Pero... ¡Por que escuchaba ese crujir de huesos de las hienas? ¿Como podía un felino aparente causar tal trituración de restos? Y por lo visto, no solo era sobre huesos delgados, sino también sobre aquellos cuyo grosor y fortaleza hacía posible tan solo arrancarles la carne, fracturarlos apenas. Y de nuevo escuchaba esos sonidos tan parecidos a los propios, sin duda aquella criatura era un akhanimalu.

Aprovechando cuan absorta le veía en su comida, Mistaide se acerca poco a poco, desplazandose en la hierba con absoluto sigilo, y como no. Ser grande y poseer una melena debía ser contrarestado con un gran dominio del arte del camuflaje. ¿Agradecerle por la comida? No tenía por que. Mistaide no acostumbraba a ser demasiado celoso con su alimento, todo era en pos de su pequeño hermano que, por el contrario, siempre tenía un mejor apetito. Siguio avanzando, un poco más cada ciertos segundos... Debía descubrir de que clase de criatura se trataba.

-¿Que eres?.-Pregunta en tono bajo, aun oculto, cuando sintió que podía hacer ruido y no espantar a la curiosa y depredadora criatura, mientras terminaba de comer.

Intentaba disfrutar cada bocado con tranquilidad, aunque su instinto le decia que lo mejor era comer rapido saciandose lo antes posible, pero.. queria disfrutarlo por lo que se hecho junto al cadaver a lamer y romper los huesos con tranquilidad, por alguna razon estos le gustaban mucho aun si no tenian mucha carne sobre ellos, sin darse cuenta ya estaba ronroneando tan agusto que no se percato del leon hacercandose hasta que este estubo ya bastante serca; levanto de golpe la cabeza dirigiendo sus orejas tal cual radares hacia donde el se encontraba, se habia levantado instintivamente y puesto en una posisión defensiba, gruñia y la especie de crin de color amarillo pastel que tenia sobre su lomo se erizo un poco en el momento que hecho hacia atras las orejas, no atacaria de no ser necesario pero habia aprendido a la mala que debia asustar a cualquiera que se le acercase cuando estaba comiendo.

-Alejate- Gruño aunque su tono no paresia ser realmente amenazante, en ese momento le escucho hablar, se desconcerto un poco al reconoser la voz como la del leon, se relajo un poco regresando sus cabellos a la normalidad, alzando la cola y las orejas.

-Que soy?, pues... quien quiere saber?- Ladeo la cabeza avansando un paso hacia el leon con algo de curiosidad-

Alejate

Mistaide se detuvo en seco al escucharle, manteniendo una postura tranquila contra el suelo cubierto de densa hierba apenas alta. Sus ojos se abren enviando un brillo mayor al saberse descubierto, no valía la pena ocultarse y mucho menos cuando el oponente se ha puesto a la defensiva directamente hacia su posición. Curioso, incluso erizaba el pelo del lomo como una hiena, y muchos gestos en esa criatura le hacían creer que era un felino acuando como tal carroñero que los leones desprecian a menudo. El alivio colmó sus sentidos al verle "recapacitar" y dejar de lado su defensiva conducta, ante lo cual Mistaide ladeó un poco su cabeza, mirandole curioso tras escuchar su pregunta.

-Mistaide es quien quiere saber.-Responde con firmeza, con toda aquella confianza dominante que le había sido heredada en la manada de Alto Veld. Ya al saberse descubierto, eleva su estatura estirando las patas hasta levantarse por completo. Sus fauces aun llevan la roja tinción de la sangre tal como sus patas delanteras.- ¿Que eres?

Al notar que ciertamente era el mismo leon se sento rodeando su cuerpo con su cola y le sonrio

-Ah, asique si eras tu... hey, gracias por la comida- Tenia que decirlo, despues de todo fue un regalo segun su punto de vista.

Le escucho decir su nombre en un tono digno de un leon; no sabia si le agradaba o no ese estilo tan dominante de tales felinos, si era demaciado altibo terminaba por hacerla sentir mal, pero este leon solo paresia tener curiosidad en saber de ella.

-A pues mucho gusto Mistaide, mi nombre es Lita- Ciertamente no le habia preguntado, pero segun sabia debia precentarse si le decian el nombre, ademas responder a secas que era no le paresia del todo bien, le gustaba hablar más ya que no siempre tenia tal oportunidad.
- Que crees tu que soy? - Dijo en un tono misterioso y a la vez jugueton mientras se levantaba y caminaba rodeandolo sin apartar de el la mirada, contoneandose finamente con su elegante andar, cosa natural en ella de la cual no se percataba siquiera.

Mistaide se sonrió para sus adentros al escuchar que le agradecían por su gesto, y él no lo creyó merecer del todo, al fin y al cabo cada quien hacía lo que le era grato en aquel gran territorio de pastos y calores infernales. Aun era primavera y la comida abundaba ¿Para que mostrarse agresivos y egoistas antes del verano o el invierno?

-No hay de que. Uno debe aprovechar lo que puede.-Responde con sencilles, atento a escuchar lo que aquella criatura tenía que decirle, y por lo visto, parecía dispuesta a cooperar comenzando por decir su nombre. Lita. Curioso, aunque fácil de recordar pese a que probablemente no volverían a cruzarse. El oscuro león cierra los ojos y asiente con la cabeza respetuosamente.- Gusto en conocerle, joven Lita. Aunque mentiría si dijera que se que me enfrento a una hembra o a un macho. No se ni siquiera lo que es usted...

Vuelve a mirarle detenidamente, encontrando todas aquellas curiosas caracteristicas de su cuerpo: la crin de las hienas, las manchas de los leopardos, la mandibula fuerte de un depredador destazador y el aroma a cánido carroñero. Supuso que aquella criatura, Lita, deseaba una respuesta que poder desmentir o aprobar, y él decide darsela de igual modo.

-He pensado que eres un felino, tu andar dice mucho de tu gracia...-Declara al verle moverse a su alrededor, sintiendo extraña familiaridad por sus gestos.- Y sin embargo, tu aroma es el de un cánido carroñero, muy parecido al de las hienas que ahuyento a diario. ¿Como una criatura como tu ha venido al mundo?...

Cerro los ojos y suspiro algo desanimada, no le agradaba la idea de que no supieran su sexo; no conosia ningun macho llamado Lita y para ella estaba claro ser mujer, aunque bueno... debia entender que no podia ser evidente para todos
-Si estubiese de humana notarias claramente lo que soy- Penso en voz alta para luego abrir los ojos y bajo todo su pelaje sonrojarse levemente- Eh digo... no nada. Supongo que es normal que no sepas si no has visto otro animal como yo, igual hay muchos engañosos... como las hienas que paresen machos sin serlo.no?... Bueno yo... soy hembra- Le aclaro en un suave tono, sonriendole. Luego escucho su hipotesis con atención.

-Si, justamente soy una felina.. o algo asi... y gracias por lo de mi gracia, pero hey! yo no apesto a hiena... solo, estoy algo sucia- Bajo las orejas algo avergonsada, pues para ella las hienas tenian un olor demaciado fuerte, cosa que en ella no reconosia. Se sacudio levantando una pequeña nube de polvo dejando su pelaje aun más blanco y brillante que antes; no era que no le gustase estar limpia, como a todo felino su aseo personal era parte importante de su vida, simplemente se empolvava a veces para oscureser un poco su llamativo pelaje y asi poder camuflarse un poco mejor.

-Soy una hibrida- Ladeo nuevamente la cabeza sonriendo de manera amistosa -Y como e venido al mundo, quien sabe, no tengo muchos recuerdos de eso, solo se que fue por causa humana. Oye... todabia tienes sangre en la cara- Se aparto rodeando el árbol donde estaba y mojo una de sus patas delanteras en un pequeño charco de agua tras el arbol, regreso a 3 patas donde Mistaide y con su pata humeda le limpio un poco la sangre del hocico, podria heberlo lamido, pero el solo pensarlo la ponia nerviosa, incluso un gesto asi,sin mala intención, la ponia en riesgo al acercarse tanto; se estaba confiando y arriesgando de más quisas, al fin y al cabo estaba con un leon bastante más grande que ella, pero... no sentia la necesidad de desconfiar de él.

Mistaide ladea la cabeza con curiosidad mientras le escucha, poniendo especial atención en cada una de sus palabras, él era bueno para recordar aquello que era nuevo y peculiar, y poco a poco las ideas se enclarecen en su mente tras cada sencilla explicación de la joven. Así que se trataba de una dama, comunmente en su pueblo llamadas "hembras", y a decir verdad, pudo haberlo imaginado de observar su complexión. Pero no podía engañarse, ¿Como calificas algo que no conoces? Sonrió al verle sacudirse el polvo del pelaje, resplandeciendo de una manera que jamás había visto en la sabana, por lo menos no en ningún otro que no fuera su pequeño hermano.

-Hay una gran diferencia entre tener aroma similar a las hienas, y apestar como una hiena.-Responde con calma, absorto en la nube de fino polvo oscuro que antes le había dado un poco más de color. Un felino blanco, Mattew no estaba solo en el mundo.- Las hienas solo apestan para marcar su territorio, y tu, siendo una dama felina no tienes por que hacerlo, hasta donde se.

Aunque de cualquier forma, ni los felinos de otras especies ni las hienas le dejaban muy tranquilo. Escuchandole más adelante descubrió la razón de su extraña forma, sus actitudes peculiares y todas esas manias tan irregulares, ella era lo que los viejos leones llamaban: "esos". Sabía que muchas especies detestaban la hibridación, por que la pureza de la sangre significaba supervivencia. Pero ella parecía ser algo peor, era un invento humano. Las leyendas decían que a menudo lograban cosas extraordinarias, otras historias contaban que eran demonios deformadores del mundo. Se distrajo pensano en ésto, cuando una sensación húmeda le trajo de vuelta a la realidad de su medio, Lita mojaba su pelaje ensangrentado con agua fresca, limpiandole. Y por instinto se aparta poco después, renuente a ese tacto.

-Perdona, pero, eso debo hacerlo yo mismo. La sangre sabe bien de muchas formas...-Responde un poco serio, tratando de ser amable con aquella extraña criatura.- Pero, gracias por la intención...-se relame un par de veces, borrando su marca ensangrentada antes de mirarle de frente.- eres muy amable con un león para ser un felino...

- Supongo - Dijo estirandose mientras Mistaide hablaba.

Noto que se perdia en sus pensamientos tras decirle que era una hibrida
-Que piensas?- Tenia curiosidad de saber lo que el leon creeria de los hibridos, no esperaba en verdad algo bueno, pero alvergaba la esperanza de que no fuese tan malo como lo que otros animales le habian dicho al saber lo que era; realmente los rumores e historias sobre su "especie" no eran nada buenos, solo tendian a fomentar su mala fama acrecentando el desprecio que la mayoria de las razas les tenian a los seres como ella

Al limpiar un poco a Mistaide este volvio a tierra y se aparto de ella. Bajo las orejas un poco, habia ido demaciado lejos y ese acto era una respuesta normal, despues de todo ella era una extraña tratando con un leon -Si, entiendo, creo que me pase...- Saco la puntita de la lengua a modo jugueton y sacudio la pata para quitarse lo mojado, luego se sento enroscandose la cola en el cuello, piso un hueso que aun quedaba y lo levanto de golpe con la pata para atraparlo en el aire con el hocico y partirlo de un mordisco, una mitad callo al suelo, el otro pedaso quedo en su boca siendo triturado y deborado por ella; aunque los huesos al romperse sonaban era bastante delicada al comer, para todo paresia tener cierta gracia innata.

-Soy igual con todos los que se me acercan sin mala intención; leones, buitres, bufalos, serpientes... no hago mayores distinciones. Deberia?, en si ya es rarito que me hablen, yo feliz de tratarlos lo mejor que pueda- le sonrio mirandole a los ojos.

Observó curioso cuando Lita se alejaba de él y se sentaba, para despues levantar su pata y comerse aquel hueso que había pisado, triturandolo más bien con sus fauces poderosas, poder que daba la musculatura de su mandibula, producto de muchos años de evolución. Si, en efecto, era una mezcla curiosa de dos especies distintas. Se sonrió para si mientras lamía las patas, mojandolas lo suficiente para remover la sangre de su menton.

-Ser híbrido da muchas ventajas a como lo veo, pero supongo que es cuestión social el hecho de rechazar a los que son como tu. Son de difícil comprensión.-Comenta con calma, retirando ahora la sangre de sus garras con gran cuidado y dedicación.- Aun así, puedes entenderte mejor con aquellos que no son ni cánidos ni felinos, después de todo ellos te verán diferente seas lo que seas. En si, es difícil mantener lazos con akhanimalus que no son como tu.-Añade más tarde, comenzando por el aseo de su segunda garra con la misma calma que había comenzado.- Supongo que al ser neutral, dichas relaciones pueden facilitarse. Hacer distinciones puede no ser tan bueno, despues de todo, algunas especies nos ayudan...

Vuelve a sentarse derecho y observa al horizonte oscuro, donde algunos animales aun continuan pastando. Algunos akhanimalus herbívoros aun vagaban a esas horas, protegidos entre si.

-Todos podemos aprender a tolerarnos. Lo único que yo no tolero mucho, es a los humanos. Su presencia jamás me ha ahradado bastante.-Vuelve a mirar a Lita.- Por desgracia, se dice que ellos nos han traido al mundo, hace más de cien años y muchas generaciones. Algo les debemos... ¿Vives en la sabana o solo estás de paso?

-Da, como casi todo, ventajas y desventajas... por ejemplo es muy bueno para mi ser carroñera y poder comer huesos ya que no me gusta cazar, prefiero comer algo que ya murio, asi no se pierde otra vida y no se desperdicia nada- Dijo relamiendose los bigotes tras una sonrisa -pero puedo cazar de todos modos y esconder mi presa en las alturas para mantenerla al alcanse de pocos y asi hacer que me dure más tiempo; modestia aparte creo que si tengo bastantes cosas buenas, pero mi pelaje es matador... es blanco, grueso y hasta parese que brilla- Se miro hechando hacia atras una oreja -en verdad me complica bastante, soy como una señal fosforesente, cualquiera me ve y las altas temperaturas me obligan a estar buscando agua y sombra constantemente o me desmayo.. te imaginas me quedo mucho rato inconciente?, me come algo de seguro!, es un problema jeje lo bueno es que no me a pasado aun. Por otro lado es triste ser rechazada, no soy mala ni nada.. solo diferente- Bajo la cabeza algo deprimida posiblemente recordando alguna ocacion en particular, luego sacudio la cabeza y volvio a sonreir animada, no le gustaba mostrarse triste. -Igual puedo ser una felina solitaria, solo que... tengo complejo de manada jejeje siempre e querido perteneser a un grupo de mininos-
Se quedo un momento en silencio contemplando a Mistaide
-Me gustaria ser una leona... pero bueno no lo soy asique debo ser feliz con lo que si soy... Oh creo que... hablo mucho, no?, perdon-

Volvio a guardar silencio para solo escucharle sin interrumpirlo y solo responder cuando ya habia acabado de hablar.

-Yo les debo a los humanos mi existencia, no se si crearon a todos hace miles de años o no, pero se que a mi si y se los agradesco, pero la verdad me... asustan, que me crearan fue bueno pues me gusta vivir, pero lo que me hicieron despues...- No termino la frase solo desvio la mirada hacia las estrellas -Que linda esta la noche...- Bajo la mirada hacia los ojos de Mistaide que ya habia acabado de limpiarse las garras
-No vivo en ningun lugar fijo, pues termino molestando con mi presencia o no se... solo pasan cosas y debo buscar nuevos caminos asique supongo que solo estoy de paso por aqui-

-Mi hermanito sufre de las mismas repercuciones que tu por su pelaje, y estoy seguro de que al cazar, le gustará saber lo que haría una hiena blanca en mitad de la sabana.-Declara tras haber escuchado toda aquella gama de cualidades y debilidades con notable interes y atención, regido por el afan incansable de él mismo por saber cuanto es necesario de todo. Aunque resultaba triste en una gran verdad, en el conflicto usual entre akhanimalus de sociedad y akhanimalus solitarios. La manada era importante, y parecía que en Lita dominaba ese anhelo por sentirse parte de un grupo aunque pudiese vivir por si misma. Su propia especie podía vivir de ese modo, y en manada la tilerancia con los otros era aquello que finalmente los unía.- Vivir en manada ayuda a la hora de mantenerse, aunque todo felino tiene capacidad de vivir extraordinariamente. Pero como todo grupo, tiene sus fallas. Rechazar individuos diferentes, es una de ellas. No terminamos de comprendernos para tratar de comprender a otros.

Guardó silencio pronto, descubriendo que tenía algo más que saber. Si, todo parecía señalar al humano como creador de toda su herencia, pero les habían abandonado según las leyendas, y él así lo agradecía. Lita demostraba miedo ante ellos, Mistaide podía detectarlo finamente con su olfato. Él sentía lo mismo, más mucho y eterno desprecio.

-Te comprendo...-Fue su sencilla respuesta. Si, le comprendía, era doloroso pensar en las razones, y al mirar las estrellas, se daba cuenta de un sincero alivio en todas ellas. Ante todo, el seguir aun vivos sea o no por causa humana, era un milagro de leyendas.- Si, es una bella noche sin luna. Me convenía cazar hoy. Pero hay otras cosas que convienen aquí, en una noche de luna llena... ¿Sabes que es?