Por un pelo (Libre~)

Aleiah no tardó en volver a observar el cadaver deseosa y a volver a masticarlo y devorarlo, mientras movía una de sus orejas, escuchando a Mistaide.
Realmente no pensaba ser bella estando cubierta de sangre, y volviendo esa imágen a su cabeza decidió tragar firmemente y empezar a acicalarse. Alerta y con mirada altiva cuando el león corre a ahuyentar a las hienas, recuerda entonces su presa y al verlo volver decide que por fin, es el turno de su almuerzo.

- Puedes comer si todavía tienes hambre. - Le gruñe divertida para luego mirar donde se escondían algunas hienas, a Aleiah en realidad no le molestaban pues muchas veces incluso habían facilitado su tarea al cazar.
- Nosotros también somos oportunistas. - Recordó la forma que usaron para cazar al cachorro, en cierta forma le parecía un poco oportunista, aun así ellos se habían ganado el sustento con sudor y lágrimas, nunca mejor dicho, y estaba orgullosa de su cacería.

Siguió acicalandose pacientemente, la sangre siempre había sido difícil de limpiar.

Mistaide no dijo más, simplemente se ponía de pie para avanzar hasta la presa. Una ultima mirada a Aleiah le corrobora que ella se ocupa en asearse, y sin esperar más sus colmillos se apoderan de la carne sin miramientos. En mente tenía la idea de cuando y que debía dejar para su hermanito, tarde o temprano se vería obligado a volver a ser humano para llevarse tales raciones al pueblo. A veces era tedioso tener que limitarse en tales acciones, pero era vital para él conservar al ultimo descendiente de su madre. Los huesos truenan bajo la presión de sus fauces y Mistaide pronto termina de comer, levantando el rostro marchado de sangre para mirar al horizonte y bostezar prolongadamente. No estaba lleno, pero se sentía contento con lo que había probado.

-Aunque fuesemos oportunistas, no cabe duda que hay trabajo de por medio. Es un riesgo tomado aun con las ventajas dispuestas.-Se sienta sintiendose adormilado por un momento. Comienza a acicalarse tal como Aleiah había hecho un momento antes, mas su atención se centra ahora en la joven leona.- ¿Crees que debamos cargar la cría hasta Alto Veld? No estoy seguro de tomar mi forma humana para este trabajo.

La leona se vio limpia un poco antes de que él terminase de comer, miró al animalito despedazado y pensó en el hermano de Mistaide, se preguntó si tendría suficiente o si quizás debía cazar algo más.
Se levantó y estirándose bostezo larga y sonoramente para luego observar a Mistaide.

- ¿ Porque no estaba en el trato ? - Rio divertida. Al final la que tendría que ser humana fuera ella y lo llevase junto con Mistaide, porque apenas quedó algo del cachorro, solo un pequeño amasijo de carne que era fácil de transportar y Aleiah no era una mujer en su forma humana. - A mi no me importa llevarlo si es que necesitas a una humana, después de todo te lo prometí. - Dijo por fin, pensando en que se mancharia de sangre, aun que eso era lo de menos.

-Si te hiciera cargar la comida hasta el pueblo, no sería para nada un caballero. Con todo y lo extraño que resulta en nuestro pueblo, en otras culturas, yo debo hacer ese esfuerzo por una dama como tu.-Los ojos del león emiten un brillo bastante risueño, con humor.

Mistaide se acicala un poco de manera paciente mientras pensaba que tanto de aquel animal debía llevar a su hermanito, aunque todo en aquella cría bien podría aprovecharse en diversos instrumentos. Finalmente da por hecha su tarea de limpieza y se acerca a Aleiah, tan solo para lamer su mejilla cariñosamente y con cierta cautela, ronroneando de forma suave. Aunque estaba deseoso de satisfacer su curiosidad al respecto de la joven leona, bien sabía que para todo akhanimalu muchas veces era mejor conservar anonimato de su forma humana. Y aun así, prefería darse el lujo del trato natural con la leona antes de presentir su obvia evación cuando tubiese la forma de toda una dama.

-Gracias Aleiah, gracias por darme esta oportunidad.-Declara con voz tranquila, antes de hacer contacto con su hocico bajo su menton y alejarse propiamente para acercarse al cadaver del cachorro, echando un vistazo a la joven.- ¿Me acompañarías por lo menos a mi cabaña en Alto Veld? Me gustaría darte algo en compensación.-Se agacha y toma por la espina dorsal al animal para elevarlo sobre el suelo y comenzar a caminar decidido hacia su pueblo.